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Comer y beber durante el parto.

Comer y beber durante el parto.

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¿Por qué se prohiben los alimentos durante el trabajo de parto?

Hace muchos años las cesáreas se realizaban con  anestesia general. Por el riesgo de aspiración (lo que el  cuerpo quiere vomitar llega a los pulmones) cuando una  persona está bajo anestesia general, se prohibió el que las parturientas ingirieran comida o bebidas durante el  proceso de parto. Hoy en día es extremadamente raro el  que se tenga que utilizar anestesia general para realizar  una cesárea por lo que la nueva evidencia se inclina a que comer y beber durante el proceso de parto para  embarazadas de bajo riesgo no debe estar contraindicado.  

El aumento en el uso de las epidurales para realizar una  cesárea, así como los medicamentos que le dan de  antemano a las embarazadas cuando les van a hacer la  cesárea y las herramientas que hoy en día se utilizan para  mantener las vías aéreas abiertas, hacen que aspirar sea un evento que raramente ocurre. No podemos comparar  las cesáreas que se realizan hoy en día con la de los años 1940 en donde las herramientas que se utilizaban para  mantener las vías aéreas abiertas eran primitivas y en  ocasiones no se mantenían las vías aéreas abiertas de ninguna manera. 

En un estudio realizado en el 2017 (Ciardulli), se analizó a  embarazadas de bajo riesgo que tenían la libertar de comer y beber durante sus procesos de parto y encontraron que no hubo diferencias en las cesáreas, los  partos vaginales con instrumentos, el vomitar, la  puntuación Apgar de los recién nacidos, ni ningún otro  problema relacionado a la salud cuando se compararon  con las embarazadas a las que se les prohibió la ingesta de comidas y bebidas. 

Hoy en día solo el 6% de las cesáreas son realizadas  bajo anestesia general, sin embargo, aún en un estudio  que se realizó para el 2014, 80% de las parturientas no ingirieron ningún tipo de comida durante sus procesos de parto y 60% no bebió nada durante el parto pues generalmente se les prohibió en el lugar donde se encontraban de parto.  

Aunque en algunos de estos estudios no se ha  demostrado que físicamente sea beneficioso para las personas de parto ingerir alimentos, si se ha visto que la  satisfacción de las parturientas que tienen el derecho de  elegir si desean comer, es mayor. Algunos de los estudios han concluido que las embarazadas de bajo riesgo deben  tener la oportunidad de elegir si desean o no ingerir  alimentos o bebidas durante sus procesos de parto  (Singata 2013). 

En el 2015 la Sociedad Americana de Anestesiólogos  reportó que la mayoría de las parturientas de bajo riesgo  pueden beneficiarse de comidas livianas durante el parto  y reconoce que la recomendación de “nada por boca”  durante el proceso de parto es una anticuada que hoy en  día no debe ser aplicada en embarazos de bajo riesgo. De hecho, ayunar puede llevar a una ketosis, resultando en  jugos estomacales más ácidos, lo cual sería más  peligroso en caso de ocurrir alguna aspiración.  

Comer aporta a mantener buenos niveles de energía tanto  físico como emocionales. Un informe de la Organización Mundial de la Salud, “Care in normal birth: a practical guide.” dice: “El trabajo de parto comporta el gasto de una enorme cantidad de energía. Dado que la duración de la  dilatación y del parto no es previsible, es necesario  asegurar a la parturienta un aporte adecuado de energía,  con el fin de garantizar su bienestar y el de su hijo. La  prohibición absoluta de comer y beber puede conducir a la deshidratación y a una situación de cetosis. En los  hospitales es una practica común poner remedio a esta situación a través de la administración de agua y glucosa  por vía endovenosa. El uso de suero como intervención  rutinaria durante la dilatación es poco recomendable, ya  que reduce la movilidad de la mujer e interfiere en el desarrollo natural del parto. Es preferible ofrecer líquidos y alimentos ligeros”.  

El que la parturienta pueda controlar si come o bebe  durante su proceso de parto puede ayudar a disminuir su  estrés durante el proceso y proveerle un poco de  seguridad y control durante su parto. Una parturienta  posiblemente no desee comer alimentos pesados  mientras tenga contracciones. Una vez el proceso de  parto va progresando las contracciones vienen con más  frecuencia y la intensidad va aumentando. En los años  que llevo asistiendo partos he visto que el deseo de  ingerir alimentos disminuye en la medida que el parto progresa por lo que no estamos abogando para que  puedan comer mofongo (comida puertorriqueña) con churrasco durante el proceso de parto. Comidas livianas  como gelatinas, “yogurt”, cremas… lo que su cuerpo pida  en esos momentos acompañado de bebidas como agua,  electrolitos, batidos de proteínas o de frutas puede hacer  una diferencia en la energía física que tan necesaria es  durante el parto y nacimiento; y en el sentido de satisfacción que provee el que no se restrinja la ingesta de comidas y bebidas durante el parto.  

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